NO ERA TAN MALO

Cómo era fin de semana, entré sin problema a la bodega de mantenimiento del edificio y cuando llegué al fondo, quité la tabla que había puesto en la pared y, ansioso, miré por el agujero que había hecho y me di cuenta de que del otro lado estaba el jardinero follándose a mi madre. No lo creía, entonces todos los rumores eran ciertos, mi madre era de las putas del jardinero, pero la calentura pudo más que el razonamiento y comencé a masturbarme como loco mientras la escuchaba gemir y decirle al jardinero que la penetrara duro. Después de todo, creo que no era tan malo ser hijo de una puta.


 

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