SE LA TRAGO

Ese día, cuando desperté, tenía una tremenda erección y estaba a punto de hacerme una buena paja cuando sonó el timbre, algo molesto. Me asomé por la ventana y me di cuenta de que era mi primita Itzel. Me guardé mi erecto pene, le abrí la puerta y, ya después de charlar un rato, me dijo que si no la invitaba a desayunar y en ese momento pensé:

¿Por qué no le hago un desayuno especial?

Así que le dije,

Tengo una mantequilla que me trajeron de un país algo lejano, ¿quieres probarla?

Claro, primo,

Y me fui a la cocina y comencé a masturbarme sobre el pan tostado y después le eché un poco de mantequilla normal y azúcar, le serví café y se lo llevé en un platito y ella, golosa, comenzó a comérselo. La verdad, hasta el día de hoy no sé si supo que se estaba tragando mi semen y no me dijo nada. Tremenda putiprima tengo.


 

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